La primera procesión moderna del Santo Cristo Yacente del templo del Calvario

Crónicas y Recuerdos Del Santo Cristo Yacente Del Calvario De La Nueva Guatemala De La Asunción

 
La primera procesión moderna del Santo Cristo Yacente del templo del Calvario

Urna del Señor Sepultado de la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, iglesia del Calvario en la que salió en sus primeras procesiones desde 1896 a 1925. (Fotografía del álbum de su devoto el historiador Juan Alberto Sandoval Aldana).

Este proceso de reorganización de la Iglesia católica citadina fue respaldado por una nueva forma de reproducción de las ideas, manifiesto en la imprenta porque los discursos de la iglesia, misas especiales, horarios de atención al público, calendarios de actividades y otros escritos eran enviados a los fieles por un eficiente servicio postal desarrollado por el Estado liberal.

Esto favoreció la puesta en circulación de varias publicaciones de orden religioso, amparadas en la apertura política que daba el gobierno, cuya misión primordial era la orientación religiosa de los fieles y hacer una crónica de las actividades que se realizaban en las iglesias que comenzaban a mostrar una intensa actividad.

Una interesante aproximación al contenido de las mismas nos ofrece la siguiente descripción: El semanario La Semana Católica comenzó a circular en 1892 dirigido por Jesús Fernández, inspirado en La Croix o L´Universe de París, nutriéndose de colaboraciones locales y de artículos y noticias del Catholic Times que destacaba el progreso del catolicismo en Estados Unidos.

Posteriormente surgieron los periódicos católicos La Caridad y luego el semanario La Familia Cristiana dirigido por el P. Eugenio Novi, La Fe publicado por el P. Salvador Arzú Romá, El Pabellón del Rosario dirigido por  fray Julián Raymundo Riveiro. La revista quincenal El Ideal fue adquirida por el Círculo Pío X. La actividad periodística católica de esos años fue increíble. La imprenta además de periódicos y revistas producía calendarios, estampas, carteles, etc., era el gran medio de comunicación en ese tiempo de los pocos canales que tenían los católicos.14

Sin embargo, estos escritos sólo llegaban a una parte muy reducida de la población católica en los centros urbanos, haciendo más difícil su cobertura en las áreas rurales por la sencilla razón que el analfabetismo era un mal endémico local y debemos recordar que en las nuevas escuelas liberales, recién fundadas, las enseñanzas religiosas ya no eran parte de un currículo de estudios. Esto implica que el manejo del mensaje religioso era tomado por un grupo dirigente reducido de la población que se ponía al mando de los “cuidadores de los santos”15 y fieles analfabetos en su mayoría, que reproducían una devoción por medio de la creencia dogmática de viejos libros teológicos ilustrados que databan de los tiempos de la dominación española y defendían la religión mediante una fe ciega, pasada de moda, sin la correcta asimilación de las nuevas corrientes intelectuales de la Iglesia Católica universal y local como punto básico para la reorganización del catolicismo guatemalteco.

Estos factores determinaron el uso de otra forma de reproducción del arte que constituía la impresión de imágenes, hecho patente en la reproducción de las estampas de devoción y de las figuras de almanaques, que sirven como nuevos elementos de repetición mecánica de la fe para decorar sus preceptos, mientras que las viejas patentes de pertenencia de las cofradías eran readecuadas y reimpresas para identificar a los miembros de las hermandades y asociaciones cristianas católicas, que se inscribían en las mismas para acercarse a las imágenes de su devoción, creándose de esta manera nuevos espacios de sociabilidad de gentes de diferentes grados de conocimiento y esferas sociales.

En el caso concreto de la devoción al Señor Sepultado de la iglesia del Calvario se recurrió a la impresión litográfica con su imagen, que permitió entronizar el fervor de sus fieles a gran escala, satisfaciendo así la demanda en crecimiento vertiginoso de la Nueva Guatemala de la Asunción, especialmente la del barrio de El Calvario.

Litografía del Señor Sepultado de la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, iglesia del Calvario. (Original, Instituto de Antropología e Historia de Guatemala, también figura en la obra de Luis Lujan Muñoz. Semana Santa tradicional en Guatemala. Serviprensa Centroamericana, Guatemala, 1982. p. 177).

Esta primera imagen litográfica del Señor Sepultado del Calvario, nos muestra la escultura aún  luciendo como debió presentarse en los tiempos de la dominación española con el detalle de tener una pierna sobre otra, aunque es muy interesante apreciar que se encuentra dentro de una urna de estilo francés bastante similar a la que tenía el Señor Sepultado de la iglesia de Santo Domingo. Esta imagen debemos compararla con la fotografía de la urna que apreciamos anteriormente en la presente exposición.

Esta presentación nos da una idea del avance de la influencia de la Ilustración Francesa en la Iglesia que se refleja directamente en una escultura de gran devoción popular a principios del Siglo XX, a la que también se añadió un ropaje bordado y almohadones siguiendo el nuevo estilo de moda desde aquellos años.

El uso de este grabado en litografía debió ser el más recurrente en devotos y casas del antiguo vecindario del barrio del Calvario comenzando a irradiar su imagen en el resto de la Nueva Guatemala de la Asunción.

 Tomado del Libro Crónicas y Recuerdos Del Santo Cristo Yacente Del Calvario De La Nueva Guatemala De La Asunción Escrito por: Dr. Fernando Urquizú y Arq. Mario Ubico. Escuela de Historia - Universidad de San Carlos, CIAG.