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Crónicas y Recuerdos de Jesús Nazareno de Candelaria 1910 y resumen 1911 - 1920

Crónicas y Recuerdos de Jesús Nazareno de Candelaria

1910 

Jueves Santo 13 de abril de 1910

Jesús de Candelaria 

La procesión de Jesús Nazareno de Candelaria siguió realizándose bajo los mismos parámetros ya citados en esta década no encontrando hasta ahora evidencia histórica del año 1910, sin embargo, su inclusión en un documento fechado en octubre de este año, localizado por el investigador Douglas Aníbal Ruiz, que cita la necesidad de su conservación como una las principales procesiones de Semana Santa hace evidente su desarrollo normal en este Jueves Santo, de manera tácita, lo que a la vez, nos permite inferir su importancia en el ideario de la colectividad citadina que es plenamente identificada y descrita en el documento que por su importancia abrirá la relación del Jueves Santo de 1911.

Jesús de Candelaria

Crónicas y Recuerdos de Jesús Nazareno de Candelaria Resumen 1911-1920

La medidas de transformación de la Iglesia Católica Romana local comenzó a rendir nuevos frutos en la segunda década del siglo XX, consolidada por un cuerpo de laicos al servicio de la Iglesia en la antiguas cofradías, hermandades y asociaciones católicas que comenzaron a funcionar bajo nuevos parámetros de comportamiento en las comunidades.

La Hermandad de Jesús Nazareno de Candelaria, desarrolló un sistema tipo empresarial, bien dirigida por el presbítero Herlindo García, quien relevó en esta década al padre Mariano Iturbide. En este sentido, presenció desde su cargo, la utilización de la reproducción mecánica de la imagen que permitió la entronización de fotografías de esculturas de gran devoción como Jesús de Candelaria en hogares del barrio, la ciudad y el interior del país, registrando sus primeras procesiones como la de 1904, que puede ser ubicada a través de la metodología analógica comparativa con datos ubicados en fuentes hemerográficas e imágenes con otras esculturas como la de Jesús Nazareno de la iglesia de la Merced.

Este ejercicio académico llevado a cabo en el análisis de más fotografías, permite aproximarnos de manera fidedigna al uso de los mismos adornos en las andas de ambas esculturas de igual advocación, cuando asociamos la crónica de Jesús de Candelaria, citada anteriormente de 1898 y apreciamos una fotografía de la ornamentación de un anda de Jesús Nazareno de la Merced en años posteriores nos damos cuenta fácilmente de este reciclaje. Esto no fue tampoco un hecho aislado ya que es perceptible también en el adorno de consagración de Jesús Nazareno de Candelaria donde fue entronizado en una enorme custodia de madera pintada por el artista Justo de Gandarias, que es otra totalmente diferente a la descrita en el diario La República, Año XI. época II. N° 2788. Guatemala, lunes 1 de abril de 1900, p, 4, que afirma: que en este año Jesús de la Merced para su velación de Lunes Santo fue colocado en una gran custodia rodeada de focos incandescentes de colores que simulaban piedras preciosas. Eventualidad que le daba un toque teatral al conjunto. Este tipo de manifestaciones fueron prohibidas en 1910 en un documento que será citado oportunamente que trataba de desterrar la influencia del teatro en la altarería tradicional guatemalteca.

Jesús de Candelaria

 

El análisis de fotografías de los adornos Jesús de Candelaria y la Merced permiten también conocer otros pormenores del funcionamiento de la altarería moderna del siglo XX en la Nueva Guatemala de la Asunción, que conforme fue avanzando se convirtió en una empresa privada que se apropiaba de piezas de arte, que alquilaban posteriormente a las hermandades citadinas y de otras latitudes, ahora identificadas cuyo origen fue de artistas cultos, que algunas veces llegaron a extremos de la extravagancia como el descrito anteriormente, proveniente del teatro Colón, situación bastante común, cuando consultamos varios años las fuentes de hemerografía.

Jesús de Candelaria

La nueva altarería, cada vez más audaz en sus formas de expresión hizo ir perdiendo terreno a la tradicional debidamente legislada como veremos en el siguiente enunciado. que luchaba por mantener un sentido didáctico piadoso frente al de espectacularidad que tenía como principal objeto la sorpresa y entretención al pueblo y también el satisfacer con un toque de exoticidad el turismo, que transformaron la altarería y las procesiones desde aquel entonces en algo propio y único del pueblo guatemalteco que se manifiesta desde lo más hondo de su existencia como una de los últimos bastiones de unidad nacional.

En este contexto de construcción del presente discurso historiográfico, el examen de muchas fotografías permitió la ubicación de una muy interesante que se presenta como encabezado del presente enunciado donde figura una fotografía de busto de Jesús Nazareno de Candelaria, sellada por el estudio de Rafael Morales S, que fuera propiedad de don Raúl García, quien la heredó a su hijo Eduardo García, quien la compartió con nosotros para enriquecer esta exposición.

En la imagen figura el Señor de Candelaria con una vistosa túnica estilo medieval bordada en mostacilla, siendo un detalle muy interesante, que no luce aún en sus manos las cruces de consagración, eventualidades que permiten ubicar este retrato como uno de los más antiguos encontrados hasta el presente, aunque la fotografía haya sido comercializada aún en años más tarde.

Jesús de Candelaria

 

Esta situación es muy diferente en su retrato oficial de Consagración de donde se derivó una pintura al óleo que deja ver claramente unas llagas de plata en cuyo centro se presentan gotas de sangre simuladas por rubís, colocados el día de su consagración, el retrato también deja ver la túnica de peluche rojo bordada en oro que estrenó para este día.

En este contexto la metodología utilizada en este discurso alternada con el análisis de imágenes visuales que pueden ser comparadas mediante la informática permite acercarnos incluso a una idea fidedigna del altar de consagración de Jesús de Candelaria, ya que como veremos en otros adornos, especialmente el de 1921, Jesús lucía en su anda el mismo aderezo que usó la imagen de la misma advocación de la iglesia de la Merced en 1919 y viceversa, cuando eran encomendados a don Gerardo Soto, que los alquilaba indistintamente, según se puede deducir en los ejercicios contables publicados en la revista El Nazareno en la década de 1920.

En cuanto a las ilustraciones de este enunciado, deben ser comprendidos así: altar de velación de Jesús de la Merced, la fotografía original es de la colección del Museo Nacional de Historia, el retrato de consagración de Jesús de Candelaria fue tomado de la portada de la revista El Nazareno, Año XI. N° 321, Guatemala, 1930 y la tercera es una fotocomposición realizada por Manuel Morales Hernández.

Escrito por: Fernando Urquizú y Erick Espinoza.

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