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Viernes de Dolores y Viernes Santo los dos grandes Viernes en Guatemala

Viernes de Dolores y Viernes Santo los dos grandes Viernes en Guatemala
Escrito por: Fernando Urquizú
Fotografía: William Cameros
 
Jesús de los Milagros 
El presente artículo referirá dos de las conmemoraciones más importantes en la Nueva Guatemala de la Asunción, el Día Viernes de Dolores y Viernes Santo, de donde desglosaremos a grandes rasgos, el origen y desarrollo de las conmemoraciones que estos particulares viernes del año tienen la ciudad, para así tener un punto más de referencia del nacimiento y desarrollo de las tradiciones citadinas que ha perdurado en el ideario nacional tanto en el sentido religioso expresado en la devoción a la Virgen Dolorosa y Jesús en su pasión, muerte y resurrección, que fueron ampliadas con la creación de la llamada Huelga de Dolores, que no es más que el remedo bufo de la procesión del Santo Entierro del antiguo templo de Santo Domingo.
 
El origen de la devoción a la Virgen de Dolores
 
Jesús del Consuelo
 
El ideario religioso mundial reconoce como bajo el nombre de la Virgen de Dolores la representación de una mujer en actitud de tristeza con una o siete dagas en su pecho en cual, algunas veces se colocan en un corazón. La figura este personaje, algunas veces está de pie, sedente o arrodillada, al que se añaden elementos alusivos que cuentan de manera gráfica los motivos concretos de su dolor y llanto.
 
 
Estos motivos de sufrimiento le fueron revelados de manera sobrenatural a Santa Brígida de Suecia (1303-1373) y San Jacobo de la Marca en 1422, quienes los concretaron desarrollándose su culto en la orden de los Siervos de María fundada en 1424, integrada originalmente por siete miembros que representaban cada uno de sus Dolores de donde se extendió a las demás órdenes religiosas católicas y reinos del mundo.
 
El culto a esta advocación llegó con el desarrollo de la cultura hispánica en 1524, iniciándose la construcción de capillas para esta advocación en diferentes iglesias, así como templos dedicados a cada uno de estos Dolores influido por los Siervos de María, cuya orden no vino al reino pero su devoción se trasplantó por franciscanos y dominicos, que acompañaron el proceso de conquista ideológica del reino en formación desde el siglo XVI, apoyándose inicialmente en la reproducción mecánica de la imagen especialmente en los libros de estampas de la Pasión de Cristo y la Vida de la Virgen del artista Alberto Durero, quien publico dichas obras en el último lustro del siglo XV y primera dos décadas del XVI, siendo ampliamente difundidas en el Nuevo Mundo.
 
Los Dolores de la Virgen en el antiguo reino de Guatemala pueden ser rastreados y debidamente identificados en grabados, novenarios y libros de libros de ejercicios espirituales de los que podemos desprender, que cuatro Dolores, nos revelan cuando Jesús estuvo con vida ocasionando dolores propios para proteger su supervivencia física en el mundo y aceptar su destino inexorable, y tres provocados por su muerte en la cruz.
 
 
Jesús de la Parroquia
 
La veneración hacia estos Dolores de la Santísima Virgen se expresa en cofradías dedicadas a su culto que florecieron desde aquellos tiempos, y se contemplaban de individual contando algunas incluso con templos pequeños en la antigua ciudad de Santiago de Guatemala que fueron reducidos a capillas en la Nueva Guatemala de la Asunción y contaban con conmemoraciones específicas: I Dolor: La profecía de Simeón o Virgen del Manchen. II Dolor: La huida a Egipto, relacionada con el día de los inocentes. III Dolor; Jesús Perdido y hallado en el templo, el tercer domingo de enero. IV Dolor: el encuentro de Jesús Camino al Calvario, V Dolor: María al pie de la Cruz, VI Dolor: María recibe el cuerpo de Cristo, VII Dolor María en el Sepulcro de Cristo, estos tres últimos eran contemplados en Viernes y Sábado Santo, cuando se acompañaba a la Santísima Virgen en su Compasiva Soledad que le debió haber provocado la muerte de su hijo Jesucristo, aunque su rezo y las meditaciones del caso es recomendado en las novenas para todos los sábados del año según lo recomiendan la mayoría de novenarios.
 
Jesús del Consuelo
 
Estos Dolores podemos identificarlos de manera individuales las ermitas siguientes I Dolor: ermita del Manchen, II Dolor: ermita de los Dolores del Llano, III Dolor ermita de Los Dolores del Cerro, IV Dolor: iglesia de Santa Clara, V Dolor; ermita de la Santa Cruz del Milagro, VI y VII Dolores: en la iglesia del Calvario, de la actual Antigua Guatemala.
 
En estas iglesias debieron realizarse ejercicios espirituales tipo peregrinaciones los días sábados del año y con especial devoción los de Cuaresma y Semana Santa para recapitular el sistema de vida y lograr un comportamiento femenino que se ciñera a la aceptación del dolor de una mujer del común teniendo como referencia el modelo perfecto expresado en la Virgen María.
 
Jesús de la Parroquia 
 
En la temporada de Cuaresma y Semana Santa este culto era reforzado con procesiones con esculturas de las diferentes cofradías de la Virgen de Dolores. que existían en los templos de la ciudad en donde cobraban especial vigencia las de la Virgen de la Soledad encargadas del acompañamiento a la Virgen en la muerte de Cristo en la Cruz, el Descendimiento de la misma, así como el Santo Entierro y acompañamiento el Sábado Santo y vigilia de Pascua de Resurrección.
 
Jesús del Consuelo
 
La cofradía de Nuestra Señora de la Soledad que fue adquiriendo preponderancia desde su fundación fue la de Santo Domingo en el primer lustro de 1580, debido a que recibió en 1607 el patrocinio del ayuntamiento que se fusionó con los intereses de los funcionarios reales agrupados en esta cofradía local.
 
Esto dio como resultado un desfile sacro del Santo Entierro que debió recapitular el poder local y el sentido de unidad español expresado en la portación de las Armas Cristi en plata, así como otras insignias de poder como podrían ser los pendones de la cofradía y de España por los representantes directos de las autoridades locales y reales, dejando claro el papel legitimidad de sus acciones que era emulada en todos los pueblos del reino, aunque fueran de indígenas, españoles o de otras etnias, los alcaldes mayores, fiscales y alguaciles de estos poblados eran los representantes directos del pueblo abalados por la monarquía eventualidad que nos explica en algunas comunidades haya subsistido en la segunda mitad del siglo XX, la presencia alcaldes portando sus varas edilicias o bien los símbolos religiosos citados.
 
La oficialización del Viernes de Dolores
 
La devoción a la Virgen de Dolores ya tenía unos cien años de existir después del proceso de la conquista española, enfatizaba la contemplación de cada uno de ellos a nivel individual y en su conjunto, desarrollando su propio sistema de manifestaciones populares conforme avanzó la cultura hispánica en el medio, que se expresan en los engaños y bromas del 28 de diciembre, conocido como: “El día de los inocentes”, que podemos relacionar con el II Dolor de la Virgen, La Huida a Egipto, en este mismo sistema de ideas podemos explicar la costumbre del llamado: “Robo del Niño Dios”, que se relaciona con la festividad de Jesús perdido y hallado en el templo o III Dolor de la Virgen. En algunos pueblos del país como la ciudad de San Marcos aún la procesión de la Virgen de Dolores es paralela a la de Jesús Nazareno, en la primera se medita acerca de la llamada Vía Matriz y e la segunda el Vía Crucis, ambas tienen un punto de encuentro relacionado al IV Dolor y de ahí continúan a la iglesia continuando los autos sacramentales de Viernes Santo, haciendo evidente la subsistencia de otras formas didácticas del proceso de Evangelización expresado en una cultura aún viva.
 
Jesús de la Merced
 
En el acompañamiento de la Santísima Virgen en su Compasiva Soledad, en el triduo Pascual. Este culto es evidente en los ambientes de la iglesia del Calvario de la Antigua Guatemala y la capilla de la Virgen de Dolores del Palacio Arzobispal, donde la imagen de la Virgen se posiciona de manera didáctica como corredentora de la humanidad de manera implícita en el arte, al presidir por medio de una escultura los templos donde se colocan de manera figurativa o alegórica los pasajes de la Pasión de Cristo que se desarrollaron después de la institución de la Eucaristía hasta su gloriosa Resurrección.
 
El culto a la Virgen de Dolores fue modificado el 18 de agosto de 1714, cuando se instituyó la conmemoración de los Dolores de la Virgen el V. Viernes de Cuaresma o Pasión, para que la conmemoraran los servitas y los dominicos dedicada a contemplar los Dolores de María al pie de la Cruz. El desarrollo de esta conmemoración comenzó a modificar la contemplación de los Dolores de la Virgen de manera individual, y para 1727 era conocida como: “Los Siete Dolores de la Bienaventurada Virgen María”, eventualidad que dio paso a su contemplación sumatoria de Los VII Dolores, que pudo modificar fundamentalmente el culto que se vio reforzado por ceremonias como la como la coronación de la Virgen Dolorosa del Manchen, que se llevó a cabo el 23 de mayo de 1738, según información encontrada por el historiador Miguel Álvarez. Los documentos ya son determinantes en afirmar que es una Virgen de Dolores dejando en segundo plano su relación con el Niño de Pasión que se encontraba hasta antes del terremoto de 1976 en su capilla de la iglesia de San Sebastián de la Nueva Guatemala de la Asunción que era llamado también el Niño de las Animas.
 
Jesús de los Milagros
 
Este proceso de contemplación se los Siete Dolores de la Virgen se reforzó con una segunda conmemoración en el mes de septiembre de 1814, también a cargo de los Siervos de María, pero en este caso considerando globalmente los sufrimientos de la Virgen a lo largo de toda su vida por su íntima asociación a la obra de la redención, y no sólo centrándose en el Calvario. Esta se fijó para el 15 con motivo del I Centenario de la conmoración por el Papa Pío X, quien murió en agosto de dicho año.
 
Jesús del Consuelo
 
En 1971 se estableció que el Viernes de Dolores sería para recordar los Dolores de la Virgen como corredentora de la humanidad y que el 15 de septiembre como patrona de los servitas y la cofradía que funciona en la Basílica Menor de Nuestra Señora del Rosario de Guatemala, según datos referidos por la investigadora Michelle Pinsker. Esta relación puede ser aplicada a otras cofradías, hermandades y asociaciones católicas dedicadas a esta advocación que funcionan en Guatemala, cuya devoción se extiende a los hogares por medio de esculturas domesticas que cobran un especial brillo el Viernes de Dolores.
 
El Viernes Santo y la tradicional Huelga de Dolores
 
En la última década del siglo XIX producto del avance de las fuerzas productivas del país comenzó a tomar conciencia un nuevo grupo social, que comenzaba a salir de la ignorancia fuera de los grupos tradicionales de poder, debido al avance de la educación laica, iniciando a circular una nueva palabra que aterrorizaba a los empresarios la palabra Huelga, como paro del sistema productivo, concepto que fue aplicado al asueto de verano más largo del sistema educativo nacional y de Dolores, por el malestar al gobierno y grupo económico que causaría su el paso de un desfile inspirado en las tradiciones de Semana Santa en Guatemala, particularmente en la procesión del Santo Entierro del antiguo templo de Santo Domingo, actual Basílica Menor de Nuestra Señora del Rosario, que fue siguiendo asociada a un sentido de aristocracia de ascendencia hispánica, posteriormente transformada por la ilustración francesa y el liberalismo nacionalista dependiente de los países capitalistas más desarrollados.
 
 
En este contexto histórico, la solemnidad del Viernes de Dolores en Guatemala fue ampliada con el remedo bufo de la procesión del Santo Entierro de Santo Domingo, en un desfile que comenzó a salir de las antiguas instalaciones de la Universidad de San Carlos de Guatemala con el objetivo de denunciar los manejos ilícitos de los gobiernos y ampliar la percepción de estos aspectos al pueblo, más allá de la religión, valiéndose de los mismos medios con objetivos diferentes, la primera celebración de este evento fue en 1898, donde también destacó la lectura del “No nos tientes”, que no es más que una variante de los llamados: “Testamentos de Judas”, que se mofan de las vidas ajenas en los viejos barrios de ciudades y pueblos de nuestro país.
Este desfile también ha conquistado el corazón del Viernes de Dolores en Guatemala, debido a que era tradicionalmente el primero día que iniciaba el largo asueto de verano, para los estudiantes dejando paso a la participación en ceremoniales, religiosos y procesiones, que se extendían hasta el lunes de Pascua.
 
En este contexto este desfile constituyó un preámbulo satírico de la solemnidad de la Semana Mayor actualmente muy transformado por el cambio del mundo material donde han circulado grupos alternos con intereses distintos fuera del ámbito universitario que han llevado a deformar esta manifestación.
 
El Viernes Santo en Guatemala
 
Un día particularmente especial en la tradición Guatemalteca es el Viernes Santo que con sus impresionantes ceremonias y procesiones fue alterado por la demanda de turnos que ha provocado una distorsión total en la liturgia en aras de la devoción, que se vive en este día en nuestro país y que vale la pena hacer una breve remembranza para comprender su transformación en el ideario religioso del país.
 
Jesús de la Merced
 
En el sentido tradicional hispánico el Viernes Santo se comenzaba con un auto sacramental de la Pasión de Cristo y otro de la Virgen de Dolores, que convergían en el encuentro de Jesús Camino al Calvario donde se juntaban las dos procesiones para terminar en el Calvario donde se procedía a otras representaciones como la de Crucifixión, Sermón de las Siete Palabras, Meditación de las Cinco Llagas de Cristo y acompañamiento a la Santísima Virgen en su Compasiva Soledad que culminaban con la procesión del Santo Entierro, La sepultura de Jesús, Ceremonial de Pésame a la Virgen el Sábado Santo y Vigilia de Resurrección en el amanecer del Domingo de Pascua Florida.
 
Este orden ritual fue alterado en la última década del siglo XIX, la primera procesión que se cambió fue la de la Merced, que debía entrar antes de las doce del día para proceder al toque doce campanadas que marcaban la crucifixión de Jesús, y proceder al ceremonial de Viernes Santo.
 
En la primera década del siglo XX debido a la demanda de turnos, se permitió la entrada de la procesión de Jesús de la Merced después de esta hora alterándose para siempre el orden tradicional del periodo de la cultura hispánica, esta situación es rastreable en las fuentes documentales de la época, donde podemos ver las protestas que todo esto generó en aras de la satisfacción de la devoción, mientras que la única campana lagrimosa, que permanece en su lugar la torre norte del antiguo templo de Santo Domingo ya no dobla a las doce del día en el momento de la crucifixión de Jesús a la manera de toques de difunto que marcaban un silencio absoluto en la ciudad.
 
Esto porque en 1859 el ceremonial fue alterado para actualizar la liturgia debido a la influencia de la ilustración francesa que necesitaba un culto religioso menos relacionado con la tradición española. Esta situación se expresó en un Cristo yacente ilustrado, que colocado en una urna proveniente de la ciudad luz, enuncia la serenidad de la muerte con la seguridad de la resurrección eterna. La procesión del Santo Entierro continuó saliendo a las 16:00 horas y entraba a la media noche del Viernes Santo y se constituía en la de más largo recorrido citadino a la vez que sirvió de referencia para la presentación de las del interior del país.
 
La reorganización del culto no llegó a todas las iglesias de la ciudad y el país, donde aún se llevan a cabo actos sacramentales de Viernes Santo por encima de las grandiosas procesiones citadinas, en donde aún el Nazareno es encarcelado como en Zacapa y San Marcos. En este último lugar, el nazareno se encuentra en un punto con la Santísima Virgen camino al Calvario, trasladándose ambas imágenes juntas a una iglesia donde se llevan a cabo la Crucifixión, Sermón de las Siete Palabras, Pésame a la Santísima Virgen, procesión del Santo Entierro, enterramiento de Cristo, acompañamiento a la Santísima Virgen el Sábado Santo con procesión de Pésame y finalmente la vigilia de Resurrección.
 
Jesús de la Merced
 
Este formato también se guardó con mucha puntualidad en dos templos de la capital, La Recolección y El Calvario, que siguieron el ceremonial tradicional hispánico donde adoptaron elementos simbólicos de la cinematografía para captar la atención de las nuevas generaciones con gran éxito expresado en el gran concurso de gente a sus manifestaciones de fe, que han sido aumentadas por más procesiones en la segunda década del siglo XXI en las iglesias de Santa Catalina y San Francisco, esperando únicamente sean coordinadas de manera adecuada para evitar los desórdenes como el que se dio el año pasado 2013 en el Centro Histórico por no cumplir los horarios de cada una en los sitios previstos.
 
El Viernes Santo contemporáneo del materialismo liberal
 
Este día representa para otra parte de nuestra sociedad un día especial de recreo donde la cultura global se hace presente por medio del patrocinio de artistas que reproducen el sistema de vida contemporáneo aprovechando el asueto más largo de verano, creando nuevas tradiciones que será únicamente el devenir del tiempo que construirá su aporte a la cohesión o desarticulación social en la cultura nacional, por ahora queda únicamente visibilizar su avance silencioso, que cada vez abraza mayor número de compatriotas que se divorcian de las demás manifestaciones tradicionales y se incorporan a estas formas de convivencia, que reflejan el mundo material entregado al liberalismo contemporáneo que nos incorpora al sistema de vida y comercio global.
 
Esculturas y elementos de parafernalia de la procesión del Santo Entierro de Santo Domingo tomada antes de 1906 por José García Sánchez, nótese la presencia del ángel de la muerte que inspiro el estandarte de la Chavela como musa de la Huelga de Dolores, que figura en la portada de la Historia de la Huelga de Dolores de José Barnoya.

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